La dirigencia riocuartense del centenario partido se encuentra atravesada por una crisis de entusiasmo y participación, pero también “se le animan” las agrupaciones que piden pista en la alianza local. “Los nombres no enamoran”, señalan desde las viejas guardias. El conflicto por las Universidades entorpeció la búsqueda de fuerzas.
Río Cuarto22 de octubre de 2024
Gabriel Marclé
Por Gabriel Marclé
A fines de la semana pasada, trascendió un mensaje difundido en un canal de Whatsapp integrado por radicales donde se revelaba que el entusiasmo de dirigentes y militantes todavía estaba lejos de presentar las mejoras prometidas durante la reciente renovación de autoridades partidarias. “Siendo las 20 y por falta de quorum, pasamos la reunión para la semana que viene”, expresaba el mensaje del nuevo presidente Comité Banda Norte, Martín Carranza, tras confirmar la postergación de lo que sería el primer encuentro de la renovada base distrital del partido.
La difusión de este episodio surgió desde dentro del propio radicalismo por sectores que vinculaban la mala convocatoria con una crisis de entusiasmo que todavía tiene efecto, voces críticas del presente radical -muchos de ellos, parte de los espacios “históricos”- que podrían hablar desde el rencor y la resistencia contra los renovadores. Sin embargo, no puede obviarse que el efecto generado por las nuevas caras no fue el esperado –“lo dicen las encuestas”, afirman. Con Walter Perrone presidiendo el Comité Departamental y Marcos Curletto en el Centro (el más notorio de la ciudad), se plantearon desafíos que parecen difíciles de cumplir en el corto plazo y el contexto político donde se produce esa renovación tampoco ayuda.
“Pensar que hace un año estábamos en nuestro pico de felicidad”, recordaba un dirigente sobre la interna que le dio la candidatura radical a Gonzalo Parodi con un récord de participación. Lejos de ese escenario de algarabía, los radicales hoy hablan de “modorra”, un estado aletargado del que no se puede salir pese a los esfuerzos. La explicación -consideran algunos- tiene asidero en el todavía activo efecto de la derrota en las urnas de junio, el golpe más duro desde el ’83 -con Parodi, que para muchos era “la promesa”.
Lo que vino después de eso pareció ser contrario a los objetivos de unidad buscados durante la interna partidaria. Los bandos parecen cada vez más definidos, incluso en un bloque de concejales -principal base política de la UCR- que es presidido por alguien que estuvo a poco de quemar puentes dentro del partido (Gabriel Abrile) para ser candidato a intendente. Además, otra banca fuerte corresponde a un juecista (Pablo Benítez) que aprovecha toda oportunidad a su alcance para seguir copando terreno. A esto se suma que el nuevo titular del circuito centro (Curletto) comenzó su camino hablando de las promesas incumplidas en los primeros cien días de la gestión De Rivas, un cañonazo al Ejecutivo municipal que no pegó como se esperaba.
A la vista está que la confrontación con el peronismo -el oxígeno para atravesar los próximos cuatro años- ha perdido fuerza y carece de grandes argumentos como para mostrarse potente. Ni hablar si se habla de las bancas radicales en el Legislativo -solo dos puras de cuatro, cuando supieron ser al menos ocho. Pero, volviendo al episodio del Circuito Banda Norte y la reunión pospuesta, el desánimo de estos días también se resume a una cuestión de convocatoria.
“Organizar una reunión se ha vuelto un problema”, le reconocen a Alfil desde la nueva mesa dirigencial. Los encuentros ya no son lo numerosos y frecuentes de otros tiempos, algo que explican también desde esa falta de entusiasmo que generan los discursos del partido, especialmente cuando las acciones que pregonan desde el partido son contrastadas por la realidad -los acuerdos con peronistas y libertarios, los votos en el Congreso contra los jubilados y las universidades. A este diagnóstico solo le aparecen soluciones que se trabajarán con tiempo y en contextos más favorables que el actual.
El episodio universitario
La semana pasada, a los poquitos días de haber asumido las nuevas autoridades partidaria, la UCR-RC quedó en medio de cuestionamientos por el conflicto universitario y la participación de Franja Morada en este tema -críticas que surgieron incluso desde adentro. Los propios correligionarios se encargaron de expresar en diferentes círculos que la agrupación juvenil quedó atrapada por los extremos, quedando pegados de cerca con los estudiantes -y sectores libertarios de la UNRC- que plantearon no tomar la casa de altos estudios local. Además, señalaron “tibiezas” cuando hacía apenas unos días, en la Casa Radical, se había demandado contundencia y respeto a la identidad del partido -mandatos en los que destacaron la defensa de la Educación Pública.
El hecho terminó desembocando en una situación incómoda y contraria a la distancia con Javier Milei que marcó la nueva dirigencia UCR -el presidente usó el episodio para presumir el apoyo de las agrupaciones estudiantiles de Río Cuarto. Más allá de las aclaraciones posteriores, la UNRC se volvió un escenario difícil para los morados y hasta despertaron a otras agrupaciones que vieron una apertura para entrar al juego. Fue el caso del Frente Cívico que, en medio del episodio de la no-toma, presentó a su agrupación juvenil con la rectora Marisa Rovera, gesto que pudo ser interpretado como un intento por copar terreno en la Universidad. “Hasta el juecismo se nos anima”, reflexionaba al respecto un dirigente histórico del partido.
El intendente y parte de su Gabinete participaron de varias reuniones con funcionarios del Gobierno provincial. Novedades en materia obra pública, más sobre el mejoramiento de los edificios escolares y gestiones vinculadas al transporte público.
El presidente del PJ Río Cuarto adquirió un rol protagónico en la organización del PJ departamental. Sin embargo, en la región tiene el desafío de contener a los díscolos que no se sienten representados por su conducción o aquellos que, por tener línea directa con el Panal, podrían “puentear” al ex intendente.
Con la presencia del ex diputado, Humberto Roggero, un grupo de ex intendentes del departamento se reunió en Holmberg. Alegan falta de convocatoria y diálogo por parte de las autoridades del PJ en la región. La rivalidad Negro/Rossetto, aún intacta en la vecina localidad.
El gobernador arribó a la región el viernes pasado y demostró por qué el sur es tan importante para su proyecto de Partido Cordobés. Con Río Cuarto y sus obras como centro, Llaryora también extendió novedades para gran parte de la región con una convocatoria en Vicuña Mackenna, tierra de dominio radical.
Las huestes libertarias ya pidieron mediciones e imaginan que el presidente de Talleres –inhibido de un nuevo mandato en el club- sería un gran candidato en Córdoba. Si esas expectativas se confirman, LLA podría llegar al 2025 con un sello propio competitivo, y un candidato con perfil. Problemas para el tándem Juez-De Loredo.
Con la presencia del ex diputado, Humberto Roggero, un grupo de ex intendentes del departamento se reunió en Holmberg. Alegan falta de convocatoria y diálogo por parte de las autoridades del PJ en la región. La rivalidad Negro/Rossetto, aún intacta en la vecina localidad.
El sindicato lanzó un plan de lucha progresivo la semana pasada, y hoy movilizará hacia una concentración en su sede. Algunos observadores, desde adentro del oficialismo, apuntan que Passerini está ajustando su criterio al del Centro Cívico. Otros, desde el gremio, creen que el acuerdo no tardará en llegar.
Con el objetivo de contener a la tropa, el presidente del PRO pasó por Córdoba buscando reagrupar. Dura advertencia al presidente amarillo en Córdoba que estaba presente en la Bolsa, gestos de acercamientos concretos a Milei y preparativo de armado 2025.
