Transición en la Defensoría: ¿Fin de luna de miel radical con GDR?

Por Gabriel Marclé

El Concejo Deliberante confirmó el pasado jueves que el nuevo Defensor del Pueblo, Daniel Frangíe, comenzará su era al frente de la institución el próximo lunes 7 de octubre. Claro, esto también marcará el cierre de los ocho años de Ismael Rins como ombudsman local, por lo cual ambos dirigentes radicales ya se encuentran realizando una transición en la que se comparten y reconfiguran agendas de un centro de acción que, aunque parezca operar al margen de las roscas, sigue siendo un lugar donde confluyen intereses propios del pulso político local. De hecho, es por esas cosas que la Unión Cívica Radical logró que uno de los suyos siga respetando la dinámica que propone ese acuerdo tácito con el peronismo.

Según averiguó Alfil, hace días que Rins y su sucesor vienen reuniéndose en largas jornadas de trabajo para repasar los programas en marcha y redefinir el plan de juego con el que iniciará esta Defensoría, donde ya se adelantó que se trabajará a tono con una delicada situación social y una vecindad que demanda respuestas con celeridad. Al margen de ello, también se ha hablado de agenda política. ¿Quién será el adjunto y qué sectores se sumarán? Silbando bajito, algunos dirigentes radicales vienen preguntando cómo podrían acoplar a los suyos, aunque prima el cuidado en la elección de nombres. Claro, Frangíe tiene un ojo puesto en cómo repercutirá esto entre correligionarios y cómo se lo tomarán en la Municipalidad.

“En estos días se termina de definir”, le comentaba a Alfil un dirigente del radicalismo que sigue de cerca el armado de la nueva Defensoría. Se habla de que el rol del adjunto no es tanto la carta fuerte, sino el reparto de áreas. Es allí donde aparecen espacios radicales que quedaron fuera del Legislativo y las oficinas opositoras de los entes, quienes ven ahora una posibilidad de subsistir hasta la próxima campaña. No lo dicen a viva voz, pero esa rosca sigue fuerte, aunque coordinada más desde el sector que representa Gabriel Abrile, “el gran ganador de una derrota fuerte”, como lo definen -el nuevo ombudsman es de su equipo.

Más allá de esto, se observa cómo estos sectores correligionarios -como es el caso de Evolución- eligen guardarse hasta ver cómo se resuelven las últimas tratativas. No tanto por ver si quedan o no en la Defensoría, sino por evaluar cómo este paso definirá la agenda del partido en los próximos años. Es que fue notorio el cumplimiento a rajatabla de la “luna de miel” de la gestión que encabeza Guillermo De Rivas, donde el bloque de Primero Río Cuarto pareció un socio facilitador del oficialismo para asentar el nuevo proyecto ejecutivo. 

La sugerencia es que hubo una tregua para resguardar el acuerdo por la Defensoría, que en algún momento parecía en riesgo. Con esto, las cuatro bancas -incluso la del Frente Cívico- mantuvieron las formas y hasta halagaron parte del inicio de la era De Rivas, un gesto de fair play hacia quien les había ganado en buena ley. Pero, ¿cuánto más durará esta pose? “Se vienen cositas”, comentaba entre risas un dirigente del centenario partido, como pista de lo que podría empezar a verse en coincidencia con el fin de los primeros cien días derivista.

Lo que surge de esta cuestión es concluir que, una vez resuelta la situación de la Defensoría, la primera minoría volverá a su rol natural y planteará temas que incomodarán al Gobierno, un rol que hasta el momento venía desarrollando mejor el nazarismo desde las cuatro bancas legislativas de La Fuerza del Imperio del Sur. El radicalismo no quiere quedarse atrás, sabiéndose con un poder de fuego reducido dentro del Concejo y con la necesidad de construir una opción competitiva, no solo por lo que ocurrirá en cuatro años, sino por lo inmediato: quieren estar fuertes para el 2025. Lo más interesados en estos son los sectores de Evolución que pretenden recauchutar a Gonzalo Parodi para mostrarlo como el principal líder opositor.

Mientras tanto, la Municipalidad de Guillermo De Rivas está atenta a cómo se rearme la Defensoría, con una configuración avalada por el jefe municipal y sus votos en el Legislativo. “El intendente pretende generar una nueva dinámica de trabajo con el Defensor”, señalan desde el Palacio de Mójica sobre otra de las reformas que pretende la nueva gestión, integrando al equipo de Frangie en las tareas de descentralización del Municipio, pero también en la tendencia de sumar fuerza al trabajo social, el reordenamiento multidimensional en el que la Defensoría -como espacio de contacto con demandas y reclamos- podría ser un socio clave. Claro que, en el combo, también viene incluido el inicio de una nueva temporada de cruces con la oposición radical. “Vuelve todo a la normalidad”, indicó un dirigente derivista.